Hemos creado esta guía completa para dar solución a los problemas más comunes en lo que se refiere las bufandas. Aquí lo aprenderás todo; desde cómo elegir el color y longitud, hasta los mejores materiales y las formas de atarlas.
La bufanda.
Esta palabra de siete letras representa al elemento más importante de tu equipo de supervivencia para el invierno. También puede ser un regalo genial para un amigo, o una adquisición oportuna de cara a mejorar tu estilo. Sin embargo, llevar una bufanda es la mejor manera de combatir las temperaturas bajas, así que vamos a ver cómo sacarle el máximo partido.
La mayoría de las bufandas tienen una forma rectangular y su longitud se mide de punta a punta.
Conocer la diferencia entre una bufanda corta, mediana y larga hará que no tengas que sacar la cinta métrica en la tienda. ¿Te lo imaginas? Bueno, sería divertido.
Las bufandas suelen tener una anchura estándar de unos 30 o 40 cm.
Así, son lo suficientemente anchas como para proteger tu cuello sin tapar tu cara. Si usas algo más grande, podría parecer que vas a atracar una tienda.
¿Sabías que...?
¿Cuál es la longitud de las bufandas de talla única?
Este tipo de bufandas suelen tener una longitud de corta a media.
¿Cómo compruebo la longitud?
Sujeta cada una de las puntas de la bufanda y estira tus brazos; si su longitud es similar a la de tus brazos, es más que probable que se adapte bien a tu cuello. Aunque también puedes probártela enfrente de un espejo. ¡Problema resuelto!
La única excepción son las bufandas de tubo, porque tienen un diseño circular y no se envuelven ni se atan alrededor del cuello.
El asunto de la longitud de la bufanda se podría resumir así: elijas lo que elijas, no puedes equivocarte.
No obstante, nuestras favoritas son las medianas porque abrigan bien y ofrecen muchas posibilidades de estilo al mismo tiempo.
Elegir el material correcto es tan importante como el tipo de atadura. El material determinará la textura, el peso y algo muy importante: su protección frente a los elementos.
¿Cómo saber de qué material está hecha la bufanda? Mira la etiqueta.
La lana es uno de los materiales a los que más se recurre por su calor y durabilidad. También es transpirable, por lo que tiene una gran resistencia al agua y absorbe la humedad.
¿Sabías que...?
La lana puede absorber la humedad en hasta un 30% de su peso sin mojarse. Esto es importantes si vives en una zona con un clima frío y húmedo (como en la costa atlántica) o si a veces te levantas tarde y tienes que salir corriendo para pillar el autobús.
Lo malo de la lana es que a veces pica, pero para evitarlo puedes lavar a mano tu bufanda y poner una cucharadita o dos de vinagre blanco destilado en el agua de aclarado.
La cachemira viene de la cabra kasmir y es increíblemente suave, pero muy cara, ya que una sola cabra solo produce la lana suficiente como para fabricar una bufanda al año.
La lana merino ofrece el equilibrio perfecto entre calidez y suavidad. Piensa que estas ovejas de Nueva Zelanda producen una lana que las protege del frío con temperaturas de menos de 10°C. ¡Eso sí que es eficacia!
Quizás hayas escuchado que las bufandas de lana son algo "gruesas", pero eso se refiere más a la textura que al material. Este tipo de bufandas pueden ser finas o gruesas y combinan mejor con estilos casuales.
La gente usa bufandas de seda por su aspecto, no para calentarse. Ponte una solo si vas a acudir a un evento formal y elegante, o si quieres imitar el look de un actor clásico.
La mayoría de los corbatones están hechos con seda.
El acrílico es un tejido sintético, quizás no tan suave o transpirable como las fibras naturales. Pero puede ser una buena opción si tienes la piel sensible o eres alérgico a la lana.
¿Estás pensando en una camisa hawaiana de los ochenta?
Puede que el poliéster haga que pienses en el hula, pero en realidad es un material muy práctico que incluye cualidades como: repele el agua y las manchas, conserva el color y dura mucho tiempo.
Muchas bufandas de hoy en día están hechas con una mezcla de poliéster que preserva las propiedades de la fibra natural (como la lana o el algodón), pero hace que se mantengan bien durante más tiempo.
Así que, ¿por qué elegir cuando puedes tenerlo todo?
El algodón, como la mayoría de las fibras naturales, es transpirable. Así que no tendrás que sufrir las molestias del "efecto invernadero" en tu cuello.
También es clásico, resistente y fácil de limpiar.
El algodón jersey se utiliza en bufandas para climas más cálidos. Es ligero y ofrece la misma sensación que llevar una camiseta, pero creada especialmente para tu cuello.
¿Alguna vez has usado una bufanda de forro polar?
Al principio te pueden parecer muy cálidas y suaves... hasta que te encuentras con unas gotas de sudor bajando por tu camisa.
La mayor parte del forro polar que se usa hoy en día es sintético, cálido y resistente al agua, pero poco transpirable. Con todas las bufandas de mezclas de fibra natural y poliéster que hay disponibles, y en un gran rango de precios, no hay razones para aguantar las molestias de una hecha con forro polar.
En definitiva, a la hora de elegir una bufanda, lo que buscas es una que te resulte cómoda, abrigue y no comprometa tu estilo.
Lo mejor que podemos aconsejarte es que te la pruebes primero, pero si no tienes la oportunidad de hacerlo, elige una de lana merino o de una mezcla que la incluya.
Imagínate que has conseguido un look épico con tu bufanda en el que todo encaja y te sientes como un rey. Entonces entras en una sala, te quitas el abrigo y la bufanda y... ¡sorpresa, tu barba está cubierta de pelusa!
Además, esas pequeñas pelusas (o pelo, o bolitas, o lo que sea) no se van a conformar con quedarse en un barba, no, también te las encontrarás en tu jersey, pelo o cayendo a tu alrededor como copitos de nieve peludos.
Hay una respuesta para este dilema que no supone ponerse la bufanda otra vez, taparse la barba para esconder las pelusas y sudar como un pollo en la sala.
La opción más sencilla es averiguar de qué material está hecha —lo ves, te dijimos que saber el material era útil— y después pasar a la acción.
Las bufandas de lana suelen soltar pelo o pelusa.
La solución es tan sencilla como meter la bufanda en la nevera para que el frío selle las fibras cortas.
Puede que todo lo que tu bufanda necesite sea un buen lavado.
La mayoría de estas bufandas han sido diseñadas para que no suelten pelusa, bolitas, ni nada nada. Así que... nos tememos que la tuya te ha salido un poco rarita.
Lávala o póntela y haz que la pelusa en la barba se convierta en el nuevo accesorio de moda entre los hipsters.
A pesar de lo que te puedan haber dicho (o te temas), no hay reglas fijas en lo que se refiere a elegir el color de una bufanda y esto también aplica a las de invierno.
Eso no significa que te puedas poner una bufanda de rayas rojas y blancas para ir a tu próximo evento formal... a no ser que sea una fiesta del Atleti.
Pero aunque no haya reglas fijas, puedes tener en cuenta el tono de tu piel o la ropa que llevas para escoger el color adecuado.
Determinar tu tono de piel no tiene por qué ser un proceso largo y tedioso. Además, aprender lo básico te ayudará a elegir bien tu ropa y accesorios.
Conocer tu tono de piel te ayudará a seleccionar una bufanda que te favorezca, ¿pero qué ocurre si te apetece usar algo más discreto que una prenda de color miel? Ahí es donde entran los tonos neutros.
En primer lugar hemos de decir que "neutro" no significa "aburrido". Además, tampoco tiene por qué ser negro, ya que el gris y el beige también se consideran neutros.
Tiene que haber un momento en el que puedas llevar una bufanda de leopardo en tonos neón. Sinceramente, no sabemos cuando, pero queremos que tengas libertad creativa. Lo que sí podemos decirte, es que no es necesario que tu bufanda haga juego con tu ropa.
No hace falta que te pongas una bufanda negra con una chaqueta negra. De hecho, el gris es un color mucho más versátil y evitará que parezcas excesivamente conjuntado. Si utilizas tonos marrones y tostados, prueba una bufanda beige.
También puedes ponerte una bufanda colorida con ropa neutral, o una de cuadros con un jersey negro y vaqueros oscuros. El estampado transmite alegría y hará que no se piensen que te vistes con la luz apagada.
Los colores neutrales funcionan bien en casi todas las situaciones.
Recuerda que la bufanda es un accesorio; muy práctico, sí, pero solo un accesorio. Dejar que sea la estrella de tu look o estilo (con un color brillante, por ejemplo) podría no ser una buena idea ya que normalmente nos quitamos las bufandas al entrar.
El invierno es una gran época para el estilo de los hombres y la bufanda es un complemento sensacional para realzar tus looks. ¿Vas a la oficina o a una cita a ciegas en un bar?
Recuerda que las bufandas no solo calientan, sino que también sirven para aportar estilo... y un poco de estilo nunca está de más en una cita a ciegas. Aúnan funcionalidad y moda: dos de nuestras palabras favoritas.
A continuación tienes una recopilación de sugerencias para llevar la bufanda adecuada en el momento adecuado.
Ha llegado la hora de poner en práctica tus conocimientos sobre materiales y colores (esto se pone interesante, amigo).
Si tomas las decisiones correctas irás abrigado, mejorarás tu estilo y quizás consigas una segunda cita.
Sabemos que un fin de semana de relax no significa necesariamente quedarse en casa viendo Juego de Tronos. Sin importar donde estés, está claro que un hombre con tu estilo y carácter tendrá que salir antes o después y te mereces ir muy guapo.
Te recomendamos que combines tus vaqueros favoritos y tu chaqueta de cuero con una bufanda de lana merino y longitud media en gris y azul marino. Si necesitas una dosis extra de confort, apuesta por una mezcla de lana y poliéster que tiene menos posibilidades de soltar pelusa.
En este caso también puedes escoger una bufanda de textura gruesa, ya que te permitirá ir arreglado, pero informal.
Sí, puedes usar bufanda y corbata al mismo tiempo. Decide qué abrigo vas a llevar y después busca un material a juego, por ejemplo: lana con lana o algodón con... bueno, seguro que ya lo has pillado.
Usa cachemira o lana merino para evitar que la textura resalte demasiado y evita los modelos demasiado gruesos. Haz que la bufanda combine con tu traje, pero mantente dentro de los tonos neutros.
Con una bufanda de lana gris corta es imposible equivocarse y seguro que cae sin problemas bajo tu abrigo. Usa una bufanda mediana si necesitas más protección frente al frío o vas al trabajo con un abrigo más largo.
Saber qué bufanda llevar te ayudará a estar más calentito cuando juegues al fútbol en el parque.
Apuesta por una bufanda de tubo y juega como un campeón. Son circulares y no es necesario atarlas ni envolverlas. Además, tienen la ventaja adicional de que son menos peligrosas que una bufanda larga persiguiéndote por el campo.
Escoge una que esté hecha con una fibra natural o una mezcla de esta misma con poliéster, como algodón y acrílico. Estas fibras son transpirables y evitarán que te ahogues en tu propio sudor.
En los eventos formales el estilo cuenta más que la funcionalidad.
Como es bastante probable que uses un traje de vestir con una gabardina, elige una bufanda que no cuelgue bajo tu abrigo al desenvolverla.
¿Con cuánta frecuencia tienes que vestirte así? Exactamente, así que saca la cartera y adquiere algo bueno, como una bufanda de cachemira.
Vamos a ser sinceros, la gente no suele pensar en la temperatura cuando elige su estilo para salir, ¿o has visto a alguien en la disco con un traje de esquiador?
Las bufandas de lana o de mezcla de lana y poliéster son ideales porque son elegantes y abultan poco.
Puedes optar por el siempre clásico negro o el gris, pues ambos son un gran complemento para looks urbanos.
Y bueno, ¿te acuerdas de aquella cita a ciegas? Si quieres mostrar tu lado más atrevido usa un modelo de color burdeos o verde oscuro. Eso sí, procura que no desentone con tu ropa ni te llene la barba de pelusa.
En el mundillo de las bufandas, la gente suele buscar consejos sobre todo en lo que se refiere al atado, envoltura, estilismo, doblado... ya te haces a la idea.
Le hemos preguntado a Heidi, la jefa de diseño de Bohemian Revolt, cuáles son las mejores opciones y le hemos pedido ayuda para aprender a atarlas y envolverlas. Ella ha escogido las 5 maneras más interesantes de llevar una bufanda en base a su simpleza, estilo y calidez.
Cada una de estas opciones es fácil de llevar sin que parezca que te has pasado horas colocando tu bufanda por la mañana. Además, solo tendrás que anudártela para preparar uno de los looks, ya que el resto se basan en envolver la bufanda.
Esta es sin duda la manera más fácil de usar una bufanda. Es fácil de hacer, abriga y podrás ponerla en práctica tanto con bufandas gruesas, como con otras menos texturizadas. Usa bufandas con una longitud de mediana a larga.
Cómo hacerla
El arreglo ideal para ir abrigado y obtener un look casual al mismo tiempo. Utiliza una bufanda gruesa, pero no demasiado para no ir rígido como una estatua.
Este estilo es ideal para días de mucho viento ya que los extremos quedan firmemente sujetos y no salen volando por ahí. Usa bufandas de medianas a largas.
Cómo hacerla
Es imprescindible conocer este nudo. Nos referimos a él como "nudo" porque se queda "fijo" en su sitio y no se basa en la envoltura (como el fácil, por ejemplo). Este método es apropiado para climas fríos porque el nudo queda colocado de un modo cómodo cerca de tu cuello y, dependiendo del material, puedes usarlo tanto con estilos formales, como casuales. Úsalo con bufandas largas.
Cómo hacerlo
Esto es exactamente lo que necesitas si vas a ponerte la bufanda con un traje de vestir. También funciona muy bien si vas a usar la bufanda para darle un toque de color a tu conjunto, sin que se convierta en el centro de atención. Usa bufandas de cortas a medianas (en función de la longitud del abrigo).
Cómo hacerla
Ya sabes de qué tipo de bufanda estamos hablando aquí: esa prenda de punto hecha a mano con tanto amor, pero que no es algo que tú elegirías. Estas bufandas suelen ser bastante largas y seguro que no quieres pasar el fin de semana descubriendo cómo usarlas.
Pero no te preocupes, Heidi tiene un consejo especial para que por fin puedas ponerte cualquier bufanda que te hagan tu abuela o tu tía favorita. La longitud muestra el amor. ¡Llama a tu abuela!
Cómo hacerla
Es importante que recuerdes que el estilo individual y la seguridad juegan un papel fundamental a la hora de elegir un método. Nosotros somos fans de la experimentación para ver qué te queda mejor... ¡y por supuesto también de nuestras abuelitas!
Tu bufanda está sucia y lo sabes. No somos nadie para echártelo en cara, pero la verdad es que la mayoría de la gente se le suele pasar la limpieza de estas prendas.
Así que no es una cuestión de pobreza de higiene (bueno, esperamos que no).
Lo cierto es que las bufandas suelen acumular restos de células de la piel, aceites, colonias, cafés mañaneros y estornudos ocasionales.
La buena noticia es que cuidarlas no es tan difícil como parece. No es tan sencillo como echar una camiseta en la lavadora, pero unos pocos minutos conseguirás que tu bufanda vuelva a la vida.
Consejos adicionales para el cuidado de las bufandas:
¿Estás pensando que este proceso dura una eternidad y que aclarar el agua bajo el grifo te podría dar el mismo resultado? Pues piénsalo dos veces.
Sí, parece fácil, pero la presión directa del agua podría dañar el tejido, especialmente si es de punto o lana.
Algunas bufandas se pueden lavar a máquina (algunos tipos de algodón y mezclas), ¿pero para qué arriesgarse? Imagínate que cuando la saques te encuentres con una versión especial para tu Mini Yo.
Te recomendamos que la laves a mano, un método que también es seguro para bufandas en cuya etiqueta pone "limpieza en seco".
Te recomendamos que lo hagas unas 2 o 3 veces por estación.
Si la lavas en exceso el material se podría estropear... y, por favor, ¡suénate la nariz con un clínex!
Procura lavar tus bufandas al final de las estación justo antes de doblarlas o enrollarlas para meterlas en el cajón.
Piensa que tu bufanda es como una primera línea de defensa contra los elementos del invierno. Una primera línea limpia es una segura.
Nos gustan las bufandas (se nota, ¿a que sí?) Pero al igual que ese pequeño bolsillo de los vaqueros, a veces son prescindibles. Saber si necesitas abrigar tu cuello o no es tan sencillo como considerar tu bufanda un accesorio en lugar de una necesidad.
Piensa en lo que te vas a poner para determinar si necesitas una bufanda o no.
¿Vas a llevar un jersey de cuello vuelto con una chaqueta ajustada? ¿O una sudadera de estilo urbano con capucha?
Si la respuesta es sí, entonces deberías dejar a un lado la bufanda para no ir sobrecargado. No obstante, si hace mucho frío, deberías ponértela, porque su función práctica es siempre más importante que la moda.
Tú decides.
Sí, podemos darte consejos y sugerencias, pero en definitiva tienes que ser tú mismo. Tienes permiso para tomar tu decisión y sentirte seguro de ella.
Ese es el mejor look y el verdadero accesorio imprescindible de la temporada.
Color miel, lana merino, dimensiones rectangulares, tejidos gruesos, bolsas sellables... ¿quién podría imaginarse que habría tantas cosas que aprender sobre las bufandas?
Todo se reduce a cómo te sientas. Queremos que uses estos conocimientos y consejos para que encuentres la bufanda perfecta para resaltar tu estilo personal y abrigarte.
¿Estás listo para mejorar tu look de invierno? Ahora ya sabes cómo... así que sal a la calle, envuélvete la bufanda y enséñale al frío quién es el que manda.
Estamos a favor de la expresión individual al 100%, pero la respuesta es no. Envuélvete la bufanda o déjala colgando... pero por favor no la metas en tus pantalones.
El hecho de que una bufanda sea gruesa no siempre significa que vaya a abrigar más. Es más importante mirar el material que el grosor.
Si estás buscando una bufanda cálida, opta por una de lana con textura.
Puedes hacer lo que te dé la gana, amigo. Sé tú mismo.
Dicho esto, ten cuidado con los modelos que tengan muchos flecos, broches para bufanda, estampados brillantes o materiales súper ligeros porque estos estilos son típicos de los diseños para mujeres.
Nosotros siempre recomendamos las bufandas de fibras naturales o de mezclas con poliéster. Si vas a usar una bufanda con una gabardina, opta por una de tamaño de mediano a largo (170–210 cm) que sea de un color neutro complementario.
¡Esa es una gran pregunta! Una bufanda de longitud mediana de color gris y con poca textura se puede combinar fácilmente con todo. El gris es un color fácil que encaja muy bien con los estilos oscuros del invierno.
¡Nosotros pensamos que debería haber más hombres que usen bufandas! Hay muchos chicos que piensan que son demasiado femeninas, pero nada más lejos de la realidad. Las bufandas son un gran accesorio que combina muy bien su función práctica con la moda.
La verdad es que es difícil coordinar una bufanda con un cárdigan si no se sabe la manera correcta de envolverla. Lo mejor es llevarla suelta (que no apriete mucho en el cuello) para que no parezca que pasas demasiado tiempo con tu colección de sellos.
Llevar una bufanda con una corbata es tan sencillo como aprender qué envoltura o nudo usar. Te sugerimos el clásico o que la lleves suelta. Esto hará que tengas un aspecto elegante y profesional.
¡Todas las bufandas son preciosas hasta que empiezan a soltar pelusa!
Normalmente un buen lavado suele solucionar el problema. Sin embargo, si la bufanda es de lana, la solución es tan sencilla como doblarla, ponerla en una bolsa de plástico sellable y meterla en la nevera durante 24 horas. El frío hará que las fibras cortas se "sellen" y te quitará la pelusa de la cara este invierno.
Si la bufanda se puede lavar a máquina o no es algo que depende del material del que esté hecha. Nosotros recomendamos siempre el lavado a mano porque no lleva mucho tiempo y así evitas que se encoja o dañe.
Sí, los hombres pueden llevar bufandas con flecos... pero siempre dentro de los límites de lo razonable. Los flecos deben ser mínimos y del mismo color que la bufanda. Evita los flecos excesivamente largos o con bolitas a no ser que vayas a una audición para un programa de la tele sobre los setenta.
Para llevar una bufanda estampado con éxito, todo depende del estampado. La jefa de diseño de Bohemian Revolt, Heide, aconseja usarlas con ropa neutra y dejar que la bufanda se convierta en el centro de atención.
La mayoría de las bufandas estampadas están hechas con seda o una tela con un tacto similar. Experimenta con varios nudos o envolturas para ver cuál te queda mejor.
No hay ninguna manera de llevar una bufanda que sea particularmente masculina; solo modos de realzar tu estilo personal, personalidad y esencia.
Si piensas que las bufandas no son masculinas, mira los Guerreros de terracota de China. Esos chicos llevan el lema "cuidadito conmigo" escrito en la mismísima bufanda.
Cómo hacerlo:
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A la hora de comprar la bufanda ideal, es importante es importante que tengas en cuenta su función: ¿para qué la vas a usar?
¿La quieres para abrigarte cuando vas al trabajo por la mañana? ¿Estás buscando un accesorio elegante para crear unos looks geniales? ¿O quizás ambas cosas?
Con los conocimientos adecuados, es fácil elegir una bufanda. Lo de ir al trabajo a primera hora en pleno invierno ya es otra cosa...
Para esas mañanas en las que no quieras perder el tiempo atando una bufanda... ¡ponte una de estas bufandas de tubo para hombre y listo!
Te recomendamos que uses una de lana merino que no pica para los días más fríos y ventosos; ¡uno de esos por los que es famosa Dinamarca!
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